CAPITULO 1:
Sara
Contempla el techo tumbada en la cama mientras habla por teléfono con el
que fue el amor de su vida durante estos últimos tres meses. David.
Lo conoció al empezar el verano en la fiesta de una amiga. Desde el primer
momento en que lo vio supo que tenía algo que le atraía pero nunca llegó a
pensar que se pudiera enamorar tanto y tan rápido de él.
Era el
chico perfecto, pero las cosas han cambiado, de hecho, aún están
cambiando.
El
verano se ha ido y con él todas sus ilusiones y fantasías sobre David.
–
¿Por qué no me lo dijiste antes? –dice mosqueada.
–Pues porque me gustabas y no quería hacerte daño. Lo único que quería
era empezar una relación contigo y olvidarme de ella.
– ¿Pero cuándo pensabas cortar con ella? ¿O no pensabas hacerlo?
–Cuando empezara el invierno y volviera al pueblo.
– ¿Y tenías pensado ocultármelo para siempre?
Cada vez está más histérica. No lo soporta. ¿De verdad la ha estado
engañando con otra durante estos tres meses? Bueno, en realidad no sabe si a
eso se le puede llamar engañar. Después de todo no se han visto. Pero, ¿Y si se
han llamado? Lo peor es que lo sigue queriendo. Se atrevería a decir que
demasiado. Quizá ese es el mayor de todos sus problemas.
– ¿Para qué decírtelo? Entiéndeme, si te lo hubiera dicho no habríamos
vivido esta historia...
– ¿Esta historia?
–Nuestra historia. –responde él.
Las lágrimas invaden sus mejillas.
–Pues siento decirte que está historia acaba de terminar.
Y tras decir eso, cuelga.
De todas formas esta relación no daba para más. Él en unas semanas
volvería a su pueblo y mantendrían una relación a distancia que solo les
causaría dolor.
Se levanta desconsolada y sale de la
habitación.
Entra en el cuarto de baño y se moja la cara con agua fría.
– ¿Has cortado con David verdad?
Esa voz repelente la revienta. Es la voz de su hermana. Tiene 12 años y
cree saberlo todo sobre el amor por el simple hecho de estar en 1º de la ESO.
– ¿Te importaría dejarme en paz?
– ¡Sí! has cortado con David. ¡Lo veo en tus ojos! ¿Te ha engañado con
otra? ¿Le has engañado tú con otro? Ah, ¡Ya sé! ¿Es por la distancia verdad?
Claro, como mañana se marcha a su pueblo...
– ¿Tú como sabes eso?
–Me lo ha dicho Elena. –dice su hermana con
repelencia.
– ¿Y cómo lo sabe Elena?
–Los rumores Sara, ¡Los rumores! ¿A caso me
vas a decir que las cosas no circulan por todo el colegio? Vamos, tú también
estás en mi instituto.
–Sí, estoy en tu instituto. La diferencia es que yo voy a primero de
bachillerato y tú vas a primero de la ESO.
–Pues no hay tanta
diferencia.
–Paso de discutir contigo Marta.
Vuelve a entrar en su habitación y cierra la puerta de un portazo. ¿Saca el ordenador y entra en su cuenta de
Facebook? Tal vez le venga bien hablar con Miriam.
¿Y si él está conectado? Se arriesga demasiado, pero las ganas de hablar
con alguien pueden con ella. Se acerca al escritorio y coge su portátil blanco.
Se tumba en la
cama boca abajo y espera a que el ordenador se encienda.
Varios minutos de espera. Sesión
iniciada. Este ordenador cada día va más lento. Entra en Facebook y revisa
todos sus contactos disponibles.
Miriam no está conectada. Él tampoco. Mejor. Dirige el cursor hasta la
cruz roja que cierra Facebook y clica, luego se tumba en la cama mirando el
techo.
¿Por qué siempre le pasa lo mismo con los tíos? ¿Tan desastrosa es?
Y una vez
más, las lágrimas invaden sus bonitas mejillas.
Tal vez una ducha le venga bien.
Se levanta de la cama y coge el pijama de
debajo de la almohada.
A continuación, coge un conjunto de ropa interior de uno de los cajones.
Sale de su habitación, entra en el cuarto de baño y se ducha.
Se contempla frente al espejo con solo la ropa interior. Su larga melena
castaña ahora le llega hasta la cintura. ¿Tal vez haya adelgazado algo durante
las últimas semanas? Puede ser. Es lo bueno que tiene salir a correr todas las
mañanas. Era algo que él detestaba.
Decía que ella ya estaba bien y que no le hacía falta adelgazar más. Cuando le
propuso lo de ir juntos al gimnasio él se negó. Le dijo que prefería ir solo y
que no le gustaba la idea de que su chica fuera al gimnasio. Ahora su pregunta
es: ¿Realmente la quería? Sus ojos verdes se humedecen de nuevo. Pero no, tiene
que ser fuerte.
Recuerda que de pequeña su abuela siempre le decía que se guardara los
sentimientos para cuando estuviera sola y que jamás mostrara sus lágrimas a
nadie.
Ahora está sola, pero aun así prefiere contener las lágrimas.
Mientras tanto, en otro lugar de la ciudad…
La besa una
vez más. Su larga y rubia melena cae sobre sus minúsculas caderas.
La chica rubia se desliza sobre la cama y sube el volumen de la
música.
–Me encantas. –dice él contemplando su cuerpo desnudo.
– ¡Ya! Seguro que eso se lo dices a todas las tías con las que te acuestas. ¿Me equivoco? –responde ella expulsando todo el humo del cigarro.
– ¡Ya! Seguro que eso se lo dices a todas las tías con las que te acuestas. ¿Me equivoco? –responde ella expulsando todo el humo del cigarro.
–Pero tú eres la primera a la que se lo digo con sinceridad. –responde
él acercando su rostro al de ella y sujetándola por la cintura.
Cuando ella se dispone a hablar la besa callándola con un largo beso, no muy diferente a los otros que les ha dado a las demás.
Cuando ella se dispone a hablar la besa callándola con un largo beso, no muy diferente a los otros que les ha dado a las demás.
– ¿Ya has hablado con ella? –dice la chica,
tras dar su última calada al cigarro y tirarlo por la ventana abierta de esa
pequeña habitación.
–Sí.
–responde él, mostrando indiferencia.
– ¿Se lo ha
tragado todo verdad?
–Por
supuesto. Soy un gran genio mintiendo.
El
chico se levanta de la cama y coge su ropa del suelo.
– ¿Ya te vas?–pregunta ella sin moverse de la
cama.
–Sí. Se ha
hecho muy tarde y he quedado dentro de media hora.
–Está bien.
Voy contigo.
La chica también se levanta de la cama y se
acerca hasta él.
–No, lo siento Andrea… – dice él
mientras empieza a vestirse.
–Irina. –le
corrige la chica algo mosqueada. – ¿Porque no puedo ir?
–Pues porque
no, Irina.
– ¿Con quién
has quedado?
–Con los
chicos–responde él con frialdad.
– ¿Con qué
chicos?
– ¿Qué más te
da? He quedado y punto.
– ¡Tengo
derecho a saberlo! Soy tu…
Pero no acaba la frase. Tal vez sea porque
todavía no sabe lo que son.
–
¿Eres mi qué?
–Bah, dejalo.
–dice ella algo dolida.
– ¿Quieres
quedar mañana?
–No lo sé. Ya
te diré algo.
–Está bien, adiós.
Y tras decir
eso el chico abandona la habitación de ese hotel para acudir a su cita con
Andrea, la chica a la que no ha podido olvidar en todo el verano. –Está bien, adiós.
Y es que David, el exnovio de
Sara, nunca se ha conformado con una sola chica.
Pfff que fuerte lo de ese tio. Esta con Sara, con Irina y con Andrea al mismo tiempo??? No lo entiendo la verdad... Quien se cree que es?? Como puede jugar asi con los sentimientos de los demas??? Si hay algo que no soporto es la infidelidad, asi que... O cambia el cambia mucho o lo voy a odiar
ResponderEliminarHola!! Me llamo Fatima y he viso en el blog fansalessandraneymar.blogspot.com el enlace que dejaste del tuyo en un comentario, asi que me he pasado a ver que tal era tu nove y la verdad, te tengo que decir que aunque solo lleva un capitulo me encanta. Escribes muy bien. Una pregunta: vas a subir capitulo diario, semanal o como?? Y otra pregunta: la nove es tuya o una adaptacion??
Espero el proximo cap con ganas y le voy a recomendar tu blog a unas amigas para que lo lean
Besos, Fatima
Una sugerencia: si entras a configuración a la parte de entradas y comentarios y pones la opción para que comenten los anónimos y quitas la verificación de palabras es más fácil comentar y comentará más gente
EliminarHola Fatima, muchísimas gracias cielo:)
ResponderEliminarPues iré subiendo los capítulos conforme los vaya escribiendo, intentaré no tardar mucho. Y sí, la novela es mía.
PD: ahora cuelgo el segundo capitulo, besos preciosa♥